Schopenhauer.

Su influencia va mas aya del ámbito estrictamente filosófico, aun cuando ejerciera un enorme influjo sobre Nietzche, Freud y Wittgenstein, así como infinidad de literatos como Thomas Mann y Borges. Este ultimo llegó a decir que aprendió alemán fundamentalmente para leer a Schopenhauer, y escribió: “…pocas cosas me han ocurrido más dignas de memoria que el pensamiento de Schopenhauer”, quien “acaso descifro el universo”.

“Solo existe un error innato, y éste es que creamos que estamos aquí para ser felices”(1)

Porque busca tanto la felicidad el hombre, y a final de cuentas lo único que encuentra es sufrimiento, Schopenhauer dice que el dolor y el sufrimiento es positivo (es decir real, existe) y que la felicidad es inventada que no sucede, es efímera, quimérica. Esto lo hace a lo largo de todo el libro con diferentes ejemplos, y con ayuda también de citas de otros filósofos en especial Séneca y Aristóteles. Pues bien comencemos a ver que es lo que nos dice en su libro, que cabe recordar es parte de su obra no traducida al castellano Parerga y Paralipomena.
Para Schopenhauer existe una división fundamental, en lo que respecta a los mortales(2):
1-Lo que uno es: es decir, la personalidad en su sentido más amplio. Por consiguiente, también se incluyen aquí la salud, la fuerza, el temperamento, el carácter moral y la inteligencia y su desarrollo.
2-Lo que uno tiene: es decir, bienes y posesiones de todas clases.
3-Lo que uno representa: bajo tal expresión entendemos lo que se es en la representación de los otros, es decir, como se lo representan a uno los demás. Tal cosa depende, pues, de la opinión en que nos tengan, y se divide a su vez en honor, rango y fama.
Lo que uno es, esto es lo mas valioso, ya que uno solo convive en realidad con uno mismo, y sabe perfectamente quien es, y el valor mas importante de aquí, y por ende de toda la vida es la salud, a partir de tener buena salud, se puede ser lo que se quiera. Solo que uno se pone “trabas” y siempre esta buscando que “hace falta” para vivir bien, nunca se esta contento, y constantemente se sacrifican estados “tranquilos, apacibles” por otros estados, en búsqueda de lo que ya se tenia. El gran enemigo de esa área, es el hastió, ya que cuando se tiene todo “menos una mente inteligente” la persona entonces se aburre, y busca otra vez algo en que entretenerse.
Nos dice que el hombre común busca los goces de su vida fuera de el, es decir lo vuelve dependiente de cosas exteriores. “por eso se quiebra con su perdida o cuando lo decepcionan o desengañan…..su centro de gravedad descansa fuera de el”(3)
En general Schopenhauer nos invita a que nos cultivemos, que nos apartemos de la “búsqueda de la felicidad” ya que esta no existe. Nos dice que para tener una vida alegre, buena, culta, debemos tener claro que queremos, y que una vez tomada la decisión, avancemos hacia lo que queremos, que vamos a estar tentados a abarcar mas, a andar en línea zigzag pero que al final todos los humanos tenemos todas las opciones, es decir somos y estamos hechos iguales, sin distinción de raza, nacionalidad, etc., pero que no porque las tengamos a nuestro alcance las tomemos, el nos dice que solo tomemos las que sirven para la línea recta que hayamos trazado….y no busquemos abarcar mas, ya que a final de cuantas somos humanos, y no venimos aquí hacer la gran obra, al estilo semi-dioses.
Lo que uno tiene es muy relativo el efecto que pueda ofrecer para nuestro buen vivir, salvo el cuadro básico por así decirlo, de comida. Todo lo demás en realidad no es necesario para nuestra felicidad. Pero el hombre siempre quiere mas de lo que tiene, y para quererlo entonces, debe de motivarse por medio de sentir que lo que tiene en el presente no es suficiente, y así guardar el sentirse feliz para una ocasión que lo amerite, como si la felicidad en primeras existiera, en segundas fuera dependiente de lo que se posee.
Schopenhauer dice “Un hombre no echara de menos aquellos bienes a los que jamás se le ocurrió aspirar; e incluso sin ellos vive muy dichoso; mientras que otro que posee cien veces mas que el, se siente desdichado porque le falte una sola cosa de todo cuanto ansia.”(4) Y sobre esto mismo dice “Ante la vista de eso que no poseemos, solemos pensar con gran facilidad: << ¡Ah¡ ¡Si fuera mío! >> Y así expresamos el sentimiento de su necesidad. En vez de esto tenemos que acostumbrarnos a exclamar a menudo: << ¡Ah! ¡Si esto no fuera mío! >> Quiero decir que a veces debemos esforzarnos por considerar como aparecerían a nuestros ojos los bienes que poseemos si llegásemos a perderlos...”(5)
Lo que uno representa es lo que menos puede contribuir a nuestra felicidad ya que no depende en nada de nosotros, sino que es totalmente ajeno, puede cambiar los concepto, algún accidente, cualquier cosa puede suceder, malas concepciones hechas por los demás, envidias, etc. Es por eso que Schopenhauer dice que no nos debe importar el vulgo, ya que no se puede ser libre ni autentico si se quiere agradar al mismo.
Al final, estamos solos con nosotros mismos, y después de un recorrido, a lo largo de las paginas del libro, el mensaje es el mismo, debe uno aislarse, no por otra cosa sino porque ahí es donde radica la vida tranquila, aunque un aislamiento total nos dice Schopehauer por lo general resulta muy difícil de soportar y muchas veces poco saludable, nos da técnicas como “estar-sin estar” es decir en otras palabras dar el avión, no conflictuarnos, por tratar de cambiar formas de pensar, acercarse a la naturaleza, y convivir mas nosotros con nosotros mismos, autodisciplinarnos, y entender que la vida en realidad, y esta es la verdad que nos repite muchas veces, escapa a nosotros, es decir, podemos planear mil veces que algo salga como lo queremos y al final, algo sale mal, ser humildes aceptar que existe un poder incomprensible (sin mencionar Dios o algo por el estilo) que mueve lo mueve todo.

Referencias Bibliograficas
(1)El mundo como voluntad y representación, Vol. II, Cáp. 49 Pg. 616. FCE 2003
(2)Aforismos sobre el arte de saber vivir, Pg. 35 Debate 2000
(3)Op. Cit. Pg. 59
(4)Op. Cit. Pg. 66
(5)Op. Cit. Pg. 165
-Watts, A. (2004) El camino del Tao. Barcelona: Kairos

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